Escapada romántica con toque judío, Hervás

 
Si estas pensando en realizar una pequeña huida del mundo real, del estrés y del trabajo, es tu momento, no te lo pienses, coge a tu pareja y embarcaros en un viaje que os haga disfrutar y soñar, yo os voy a dar una recomendación de un pequeño lugar perdido de la fa de la tierra, un pueblecito que sin duda, os hará sellar vuestro amor.

Todo lo grande, tiene comienzos pequeños

Hervás es un pequeño pueblo situado al norte de Cáceres, Extremadura, con una densidad de mas de 4000 habitantes, ubicado en la falda de Sierra de Bejar, en el famoso Valle del Ambroz, un lugar repleto de paz y naturaleza, que os hará vivir experiencias inolvidables, lo mejor, coger una reserva para unos días en unos de sus apartamentos rurales, o si preferís estar en pleno contacto con la madre tierra, nada mejor que alojarse en un camping de los muchos que tiene el pueblo, estarás en armonía con la naturaleza y tu alma se vera inundada de paz absoluta, pruébalo!, es inolvidable


Un poquito de historia

Comenzad vuestra andadura por el barrio judío, uno de los más famosos que existe, contemplad sus cuestas y calles completamente empedradas, sus puestos mercaderes en cada puerta, donde podéis deleitaros de producto completamente naturales como tomates, aceite de oliva o vino de pitarra, os aseguro que cargareis las maletas aquí


Enamorados por doquier

Si de escapadas hablamos, no podríamos saltarnos la calle que mas amor ha visto en todo el mundo, la famosa “calle de los enamorados”, así denominan los habitantes a la callejilla que data como la mas estrecha de Europa, donde desde hace tiempo todo el que pasea por Hervás, se fotografía con su pareja en esta calle en la que por obligación, deben acercarse para pasar, que romántico, se me pone el pelo de punta!

Un hobby relajante

¿Como le vamos a decir que no a nuestra pareja a la hora de hacerla feliz? Es fácil, sólo debemos visitar el fantástico museo de las motos y coches antiguos, una belleza que perdura y crece con los años, aunque antes de llegar, podremos deleitarnos con uno de los puentes mas famosos, el puente romano o la fuente chiquita, por donde corre uno de los mejores ríos del pueblo, el frescor que desprende es perfecto para respirar, colmado de agua cristalina que baja directamente de la sierra, es una zona húmeda y fresca con un aire a natural producido por los árboles cercanos, es la tierra en estado puro.

Una vez pasemos este emotivo lugar, entraremos al museo, donde estaremos horas viendo vehículos de todas clases y años, que permanecen allí colocados sin un ápice de polvo encima, un cuidado brutal que requiere de maña, pero que se agradece para ver, la entrada cuesta 6 euros que debemos pagar en el mirador del museo, pero solo con echar la vista atrás y ver la panorámica de las casas cada vez mas altas en forma de montaña, lo haremos gustosos, el museo también consta de un mirador en lo alto de una de sus 8 torres, solo hay que armarse de valor para subir las escaleras metálicas, y estaremos en un velador redondo por encima de un pueblo de ensueño, esto es de película.

Recorridos variados

Aun nos quedan cosas por ver y hacer en el pueblo, que aunque parece pequeño, es increíblemente grande, como visitar el museo, la biblioteca con su bello jardín, las iglesias o conventos, pero si queremos hacer una ruta lo mas natural posible, mi recomendación:

“Armaos con una buena mochila, agua, buen calzado, coged a vuestra pareja e ir montaña arriba”

Una vez lleguéis, después de varias horas caminando entre una sierra verde, veréis un lugar que os hará maravillar, la chorrera, una cascada de agua fría como el hielo que cae directamente desde lo alto de la montaña, rodeada por árboles y un verde interminable, el respirar se os hará una delicia, y no me cabe duda, allí uno se enamora aun mas, podéis beber de sus canales, el agua es totalmente cristalina, y bañarse en el pequeño charco que llena la cascada es la escena ideal para cualquier película de amor

Si queréis conocer el amor verdadero, Hervás. Es como volver a casarse, id a verlo y volveréis (a poder ser para enseñárselo a los niños)