San Frutos, Segovia

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Para que conozcas mejor las festividades y la cultura segoviana, ahora te presentamos un poco sobre el patronazgo de la ciudad. San Frutos es patrón de la Diócesis de Segovia, celebrándose su festividad el 25 de octubre con una romería a la ermita de San Frutos.

El nacimiento de este hombre se ubica en torno al año 642; también se le llama San Frutos Pajarero. La tradición cuenta que tras la prematura muerte de sus padres tomó la decisión de donar los bienes familiares entre los necesitados y alejarse de la ciudad en busca de la soledad. Sus hermanos menores Valentín y Engracia  siguieron sus pasos; llegaron a un inhóspito paraje a las orillas del río Duratón, en el actual término municipal de Carrascal del Río. Primero se establecieron en cuevas naturales, y después en ermitas alejadas entre sí con la intención de encontrar el deseo de soledad, penitencia y oración.

Los restos mortales de San Frutos fueron trasladados junto con los de sus dos hermanos en el siglo XI a la antigua catedral de Segovia, después desaparecieron por el templo hasta que Juan Arias Dávila, durante su gobierno de la diócesis como obispo de Segovia, ordenó su búsqueda teniendo en cuenta la tradición que aseguraba que estaban enterrados en alguna parte del templo. En la actualidad se siguen venerando como reliquias, custodiadas en la catedral de Segovia, que tiene como advocación la de la Virgen María y la suya propia.

Sus méritos según la tradición.

Se le atribuyen cuatro milagros, uno de ellos hipotéticamente realizado una vez muerto, que la tradición relata de la siguiente manera: el primero basado en una raya que impidió que los conquistadores musulmanes entraran a la ciudad. Fue una resquebradura en el suelo; otro fue sobre unos fieros toros que convirtió en dóciles; el tercero fue cuando hizo que un burro se arrodillara en una hostia; y un último que se le atribuye ya estando muerto, cuando detuvo la caída de una mujer lanzada por un despeñadero por su marido.